El momento de seleccionar nuevos lentes puede parecer sencillo, pero de hecho puede resultar bastante complejo. Ante la amplia variedad de modelos a considerar, no todas las personas logran decidir de forma veloz o eficiente. Seleccionar los cristales, su graduación y las propiedades de los mismos es en realidad la parte más sencilla. Lo complejo de buscar nuevos lentes llega al momento de definir el armazón. Tanto para los nuevos usuarios como para quienes llevan años utilizando anteojos, la forma y el color del armazón a utilizar pueden generar dudas. Las opciones son cada vez más variadas, sin embargo, no todas se ajustan de la misma forma a personas diferentes. Existen algunas características básicas en todo rostro que determinan cuándo una forma de armazón resulta más favorecedora que otra. Enfocando en dichas cualidades, es posible elegir unos nuevos lentes de forma rápida y obtener un resultado más que satisfactorio.
· Rostro redondo: para lograr un efecto más estilizado, delgado y alargar el rostro equilibrando sus facciones, se recomienda emplear armazones cuadrados o rectangulares como forma de generar contraste. Por el contrario, aquellos que carecen de montura, los redondos o demasiado pequeños, enfatizarán la forma del rostro de manera negativa.
· Rostro cuadrado: en este caso lo importante es disimular los ángulos del rostro, o no enfatizarlos para no generar una imagen todavía más cuadrada. Por ello, las opciones rectangulares no son una opción, sino más bien las ovaladas o redondas.
· Rostro en rombo: cuando tanto la frente como el mentón son angostos, se deben evitar los armazones compactos y pequeños para preferir en cambio los de estilo ovalado e incluso los de estilo «ojo de gato». De esta forma, se lograrán enfatizar los pómulos o la nariz y desviar la vista de las facciones demasiado angostas que no se desea destacar.
· Rostro en forma de corazón: cuando la frente es ancha y el mentón angosto, se debe buscar un equilibrio en el rostro apostando por armazones más gruesos en la parte inferior. Lo ideal en estos casos son las opciones con bordes curvos y no aquellos que poseen bordes gruesos en la parte superior, o patillas con decoraciones.
· Rostro ovalado: un rostro ovalado refleja una imagen simétrica, que puede perderse con anteojos demasiado grandes. Por ello es recomendable evitar los armazones de gran tamaño.
En cuanto al color del armazón, existen algunas recomendaciones básicas a emplear de acuerdo al tono de piel de la persona, su tono de cabello y el color de sus ojos. En esencia, para las pieles de tono cálido lo más recomendable son los tonos marrones, dorados o verdes; mientras para las pieles de tono frío, el plateado, negro, azul, violeta e incluso rosa pueden ser grandes opciones. Lo importante, más allá de formas y colores, es encontrar armazones que se adapten tanto a la personalidad como al estilo de vida. El tipo de actividad que se realice en el día a día determinará si es más recomendable optar por un armazón más firme y de montura completa o si es posible recurrir a opciones más livianas. A pesar de ello, siempre es posible probarse diferentes opciones hasta sentirse cómodo tanto con la forma como con el color de los nuevos anteojos.